Mi nombre es Caroline pero mis amigos me llaman “Potine”. Soy autora, fotógrafa y desarrolladora de recetas keto y sin gluten para mi blog “La Popote de Potine”.
Soy una auténtica foodie desde que tengo uso de razón. Siempre estoy experimentando con nuevas ideas en mi cocina con el reto, desde hace unos años, de desarrollar mis recetas sin gluten y sin azúcar siguiendo una dieta cetogénica.
Sin embargo, no siempre he tenido tanto éxito y he tenido que pasar por momentos difíciles.
2016 fue un año difícil para mí: Tuve cada vez más dolores intestinales, a veces bastante intensos, sentí una fatiga extrema, a veces estuve un poco deprimida, tuve reacciones cutáneas no deseadas. Como podéis imaginar, no estoy en buena forma y ya no soy yo.
Después de una discusión muy profunda con mi médico de cabecera, decidí hacer un análisis de sangre muy completo para entender lo que me pasaba y el diagnóstico cayó. Soy intolerante al gluten, lo que ha provocado una multitud de otras intolerancias (lactosa, huevos, carne de cerdo, semillas de mostaza, etc…) un poco menos pero que siguen causándome algunas molestias y dolencias. Para colmo, mis análisis revelan la presencia de candidiasis; esos pequeños hongos patógenos llamados “candida albicans” que acechan y colonizan mi tracto digestivo y que proliferan alimentándose de todas las formas de azúcares que puedo comer, acentuando aún más mis molestias intestinales.
Como comprenderán, en ese momento estoy en mala forma y mis hábitos alimenticios deben cambiar absolutamente si quiero encontrar el bienestar y una vida más agradable. Estoy más decidida que nunca a reaccionar, ya que me gusta mucho comer y me niego a dejar de complacerme con la buena comida.
En septiembre de 2020, lancé “La Popote de Potine” y desde entonces he estado creando recetas rápidas y fáciles para aquellos que, como yo, sufren de intolerancias o siguen una dieta baja en carbohidratos (IG bajo) o ceto. No hay razón para privarse o frustrarse para disfrutar de la buena comida. Mis recetas se adaptan perfectamente a toda la familia y a todas las circunstancias de la vida cotidiana: aperitivos de convivencia, comidas familiares, brunch, lunch box, etc…
Me alegro de que este modo de vida haya tenido un impacto tan positivo en mi modo de vida. Mis intolerancias se apoderaron de mí y me empujan cada día a ser más creativa para seguir complaciendo a mis familiares, mis amigos y mis suscriptores.
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